Si alguna vez pudiese dibujar sobre tu piel, unos trazos que jamás desapareciesen, si alguna vez tu piel me hablase y me contase la historia de tu vida…
Al pensar en esa palabra, cicatrices, irremediablemente la
conciencia te guía hacia lo negativo. Pero todos tenemos cicatrices, visibles, en la carne, o
invisibles, en el alma.
Recuerdo una vez, con unos trece o catorce años, que en un
ejercicio de inglés nos pedían una redacción hablando de nuestras cicatrices, y
yo me miraba y miraba los brazos, las piernas, siendo incapaz de encontrar una
sola. Hasta que al fin hallé una pequeña marca en mi menuda rodilla, vestigio de
mis intentos por aprender a montar en bicicleta, porque a torpe no tenía
parangón, pero a obstinada y cabezona tampoco (al hablar de esto no puedo evitar sonreír al recordar
cómo una vez mi madre tuvo que extraerme una decena de pullas americanas del tunal contra el que me estrellé con la bici, pero esa es
otra historia…)
Ahora, con el paso de los años, y apunto de cumplir los 35
(anda la leche, que ni yo misma me creo las castañas que me van a caer jejeje) distingo algunas más de esas pequeñas
cicatrices sobre mi cuerpo y cada una de
ellas tiene una historia, y por lo tanto un recuerdo. Desde una que sucedió en una de mis primeras
citas, en la que me espachurré el pie con la moto de mi preocupado galán, hasta
algunas que me recuerdan mi maternidad, a mi trabajo, o lo cafre que he podido llegar a ser andando descalza por donde no debía…
Hay otras cicatrices, las que no se ven, las del alma, más
grandes y pequeñas, como gente que te decepciona a lo largo de tu vida, personas a
las que añoras y ya no están… e incluso aquellos besos que no se dieron cuando eras
una adolescente enamoradiza y soñadora (los que se dieron no dejaron cicatriz
;-P ).
El tiempo las dulcifica, les resta notoriedad, ambas se
suavizan y aclaran con el paso de los años, pero cuando las buscas las encuentras, porque
sabes que están ahí, y a veces, incluso pueden llegar a arrancarte una sonrisa. Porque todas ellas, las mejores y las peores, han ayudado a que hoy seas
quien eres.
Y vosotros, ¿tenéis cicatrices?
Feliz fin de semana a tos@s. Disfrutad de este otoño-veraniego ;)