junio 28, 2013

Pequeño luchador




Aún no puedo evitar estremecerme cuando recuerdo la noticia que hace tan sólo unos días saltó a todos los informativos de televisión. Cuando comenzaba a recuperarme de saber que una mujer china había arrojado a su recién nacido por una tubería, se produce un caso en nuestro país de las mismas características. 

Una mujer de 26 años había arrojado a su bebé recién nacido dentro de una bolsa de plástico junto con la placenta por un conducto por el que discurren las tuberías de su edificio. El pequeño, todo un  luchador, había pasado más de cuarenta horas arrojado en un hueco de un metro cuadrado aproximadamente, sin alimentarse, sin ropa, sin el menor cuidado, tras una caída que le produjo una fractura de radio. Una fractura que dada la gran elasticidad de los huesos infantiles denota que el golpe debió de ser tremendo. 


Un vecino alertó a la policía y los bomberos. Creía que un gato había quedado atrapado en aquel lugar, pues los llantos, que creía maullidos, no cesaban durante todo el día y la noche. Fueron éstos quienes en una complicada operación de rescate lograrían alcanzar a aquel pequeño bebé, que gritando a pleno pulmón se aferraba con toda su energía a la vida. Gritándole al mundo que no estaba dispuesto a rendirse, ni aunque aquella que debiese haberle protegido le hubiese arrojado a una muerte segura. Fue ingresado en el hospital general de Alicante en la unidad de neonatos, donde aún se encargan de cuidarle de sus lesiones.

En el mismo hospital había ingresado casi dos días antes una mujer, residente en el mismo edificio tras según decía haber sufrido un aborto. Una mujer que preocupada por su salud acudió a los servicios sanitarios.  Una mujer que fue detenida en cuanto recibió el alta sanitaria, acusada de tentativa de asesinato y que justificaba sus actos porque no había podido pagarse un aborto. 

No seré yo quien juzgue a esa mujer, serán los jueces, y la justicia divina, si existe, quienes deban hacerlo. Mis principios y muy probablemente mis conocimientos como enfermera me sitúan en contra del aborto, es mi opción personal y mi modo de entender la vida. Pero si el motivo que justificaría la actuación de esa mujer es que no pudo pagar un aborto... ¿qué hay del resto de opciones? Acudir a servicios sociales en busca de ayuda, y si realmente no quiere a ese bebé, nunca lo quiso, hay cientos, miles de familias en toda España que ansiarían con toda su alma entregarle a ese pequeño todo su amor. ¿Arrojarlo como si fuese basura para que muera? Esa no es una opción, en ningún caso y bajo ninguna justificación. 

Con casi total seguridad "el pequeño luchador" encontrará un hogar en el que le quieran, en el que se le entregue todo el amor que le fue negado por su madre biológica. Y con suerte jamás sepa lo traumática de su llegada a este mundo. Pero lo más importante es que desde el principio ha dejado claro que ha llegado para quedarse. Te deseo toda la felicidad del mundo, pequeño.

El Príncipe de Hielo

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