Vivimos
tiempos difíciles, tiempos de penuria económica, de auténtica intranquilidad
por el devenir del futuro más próximo. Tiempos en los que más vale euro en mano
que un ciento volando, y tiempos en los que estamos contemplando con la
impasividad que nos caracteriza al los seres humanos (siempre que no nos toquen el fútbol o la política) cómo ciertas empresas tratan por
medio de campañas publicitarias de lo más agresivas en prensa, radio y
televisión de captar clientes a toda costa, en una especie de camino infame por
la subsistencia.
Son
tiempos difíciles, por supuesto, pero hay límites que no deben ser rebasados,
hay líneas que no deben ser cruzadas, y no todo vale. Y es que estamos
asistiendo al surgimiento de un nuevo tipo de publicidad, la publicidad que
trata de alarmar, de amedrentar e incluso en ocasiones de aterrorizar al
consumidor, convenciéndole de que si no utiliza, si no contrata o no consume su
producto, está abocado a poco menos que una muerte segura.
La
publicidad que menciona de pasada el asesinato (ficticio por supuesto) de una familia
completa, muertes que sugieren podrían haberse evitado de haber ésta contratado los
servicios de su empresa de seguridad privada. La publicidad que nos repite una
y otra vez que si no nos tomamos su producto diariamente sufriremos un infarto,
o se nos partirán los huesos, o nos aquejaremos de todo tipo de infecciones. La publicidad que nos asegura que si no disponemos de su título de
formación jamás conseguiremos un empleo o que no saber hablar inglés es un
motivo de irremisible de escarnio público.
Y me reitero en que vivimos tiempos difíciles, los peores en muchos, muchos años, en
décadas. Pero perdonen mi ingenuidad, porque yo aún sigo pensando que a la hora
de convencernos a nosotros; a los consumidores, a los incautos borregos que nos
detenemos frente al televisor, que leemos el periódico o encendemos la radio
expuestos a sus bombardeos mediáticos, no todo vale.
Imagen: office.com
Cuanta razón tienes,,, y es que en la publicidad no vale todo.
ResponderEliminarYo soy muy cabezota y cuando mas me bombardean mas dificil lo tienen para convencerme, y es que yo soy de ideas fijas,,, y no tolero que quieran cambiarmelas.
Joe,,, que hemos vivido muchos años sin esos productos y hemos sobrevivido...
besos!!!
Pues sí, ahora tenemos normas para las normas, y hasta para ir al baño vamos a tener que seguir un protocolo en breve jejeje. Sigue con tus ideas fijas, porque esas son tuyas y nadie te las ha impuesto (siempre y cuando no perjudiquemos al vecino). Saludos :)
EliminarA mí me comió un banco, pero óyeme, me tragó entero!!!. Pedí 6. Me quedan por pagar 13.
ResponderEliminarBesos.
jejeje, pues pataléale fuerte para que al menos les de dolor de estómago, si es que son los depredadores más voraces, han sustituido al tiburón... pobrecillo escualo. :) Saludos Sarco.
EliminarEs cierto, la primera vez que vi un anuncio así me quedé perpleja, no entendía nada, lo peor es ver que a la larga se están generalizando
ResponderEliminarUn besote cielo
Pues si amiga, a veces se normalizan cosas q no deberían ser normales. Al menos nos queda el derecho a la pataleta. Saludos ;)
EliminarCuanta razón tienes .... la verdad esque hacen falta más reflexiones como estas porque desgraciadamente se crean estos anuncios porque realmente son efectivos. Las personas de esta sociedad no piensan, les cuesta pensar(yo entre ellas, en algunas ocasiones). Pero bueno no hay remedio para tanto depredador y derrochador....
ResponderEliminarBesitos guapa.
Pero no podemos olvidar que también nosotros tenemos nuestra parte de responsabilidad por permitirlo por no quejarnos y protestar.saludos guapa ;)
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